sábado, 4 de diciembre de 2010

Diciembre 3 de 2010

DE ahora en adelante y por salud mental, los humanos deberíamos aprender a ver el amor como una caja de chocolates.
Disfrutarlos mientras duran y cunado se acabe, botar el empaque. ¿O es que uno se sienta a llorarle a la caja cuando su contenido se acaba?
Debería esta uno mas bien agradecido cuando aquel(la) que ya no siente nada, se va y deja el espacio vacío para que álguien mas llegue. Agradecerle porue tuvo la decencia de admitir que se quedó sin pilas y que ya no hay nada que hacer.
Agradecerle por lo bueno que fué mientras duró y por los momentos compartidos. Desearle siempre lo mejor, incluso aunque uno sienta que no lo merece (la buena energía siempre se devuelve).
Aunque no cabe la menor duda que si la caja era de trufas, siempre deja como cierta necesidad de al menos unita mas...