jueves, 20 de enero de 2011

enero 20 de 2011, 0854

Ahora que entiendo todo, es más fácil hilar los últimos hechos.
Yo pensé que el inicio era lo más extraño, pero no.
Haber recibido una llamada del portero de tu edificio hizo que mi día estuviera llena de curiosidad. Llegar a tu casa y encontrar una nota donde dejabas mi número y el de tu mejor amigo, para que te regáramos las plantas en tu ausencia, explicó un poco la situación.
Tu mejor amigo está fuera del país, así que el plan B era yo.
Igual entré, aunque recordé que el día que estuve no ví ni una sóla planta.
Todo se veía desordenado, como si hubieras salido de afán.
Buscando las tales plantas, encontré una nota.
Parecía una invitación. En papel negro, muy suave y bonito, con caligrafía plateada y lacre.
Pero… No entendí ni una palabra de lo que había escrito.
Copié, lo mejor que pude la información. Sé que no debí haberlo hecho, sé que la curiosidad puede ser un defecto y debo confesar que, en mi caso, lo es.
Con las llaves de tu casa en un bolsillo y la copia de la tarjeta en otro, salí a buscar aun amigo que habla muchos idiomas.
Nos encontramos en un café y después de conversar un rato, le mostré el papel. Me dijo que ya se le hacía raro que lo hubiera llamado después de tanto tiempo…
No puedo describir la cara de pánico que puso, que fue convirtiéndose lentamente en fascinación y envidia.
Me preguntó de dónde había sacado el escrito. Yo, como mala mentirosa, le conté que lo había encontrado en casa de un amigo. Le pregunté qué idioma era y me dijo que se trataba de griego antiguo.
Me preguntó quién era el dueño de la nota, y ahí sí preferí guardar el secreto.
Me dijo que debía ser álguien especial, o talentoso o algo así.
Le pregunté qué decía la nota. A estas alturas de la tarde, sentía que iba a morirme si no sabía qué decía en ese pedazo de papel.
Y muy despacio, dándoselas de muy importante, leyó:

“Queridísmo Contador de historias:
Al igual que el año anterior, ha llegado el momento en que mi esposa regresa a casa.
Sé que sus múltiples compromisos le retienen en su hogar, pero al ser una persona tan talentosa y deberse a las artes antes que a sí mismo, le reitero la invitación anual a mi reino.
Acá, como siempre, encontrará las comodidades que le he ofrecido en pasadas ocasiones. De igual manera, obtendrá su pago al final de su visita.
Sé que mi esposa estará ansiosa de recibirlo y de pasar un tiempo en su compañía.
Hades.”

Yo no pude más que quedarme en silencio y sentirme confusa y sorprendida.
Ya entendía por qué no había obtenido ninguna respuesta a mis llamadas.
De todo esto sólo me quedó una duda, ¿Cuándo regresas de contarle historias a Perséfone?

martes, 11 de enero de 2011

Enero 11 de 2011

Ahora que mis vacaciones se acabaron y fueron equivalentes a una excelente caja de chocolates, puedo decir que pensé mucho, bailé, me reí y asombrosamente el año nuevo me cogió en a ducha y no lloré ni un poquito.
Dentro de todo, tuve tiempo para pensar en una noche en particular de meses atrás.
Me acordé mucho de detalles intrascendentes pero interesantes.
Y podría decirte que a punta de recuerdos, tu olor invadió mi cuarto, sentí otra vez el sabor de tus besos, vi el brillo de tus ojos y me dejé llevar por tu sonrisa.
Sentí tu calor muy cerquita, el tacto de tu pelo, de tu piel...
Y aunque fué el recuerdo de una sola noche, podrí a decir que quisiera que volviera otra vez.