jueves, 29 de noviembre de 2012

Noviembre 29 de 2012, 1531

Me despierto, con la respiración entrecortada y bañada en sudor.
Por un instante me cuesta reconocer mi habitación y mis cobijas.
Estoy bien, creo.
Necesito un vaso de agua.
Hace un calor indecible... Y según el termómetro estamos a 7 grados Celsius...
Otra vez...
Otra noche de pesadilla, de calor infinito...
Voy a la cocina y no necesito ver nada, me se el corredor de memoria y no dejé ningún objeto, que pueda convertirse en trampa mortal, en el camino.
Pero algo se mueve con rapidez entrando a la cocina...
Me quedo inmóvil. Será mi imaginación, sumada a la turbación de la pesadilla, y mi profunda miopía, que todas combinadas, tratan de darme un mal rato?
Decido entrar corriendo a la cocina.
Me tropecé, hay un bulto oscuro e informe en el suelo, veo poco, pero... se mueve...

jueves, 18 de octubre de 2012

Octubre 18 de 2012, 1530

Tengo como formación, por ser hija y hermana de las mujeres mas rosadas y cursis que conozco, el maldito vicio de pensar demasiado. 
Tal vez porque soy mujer las ideas no paran de dar vueltas en mi cabeza. que envidia me dan los hombres que pueden aquietar la mente y dejarla en silencio.
Pero yo no puedo. Pienso en el antes, el durante y el después de todo, todo el tiempo.
Me enerva terriblemente la idea de pensar en el ocio como algo productivo. El ocio para mí es dormir o ver tele, pero mientras tanto pensar en qué voy a hacer más tarde. 
Pensar y pensar y pensar. Arreglar, ordenar, hacer planes y proyectos que muchas veces se quedan en planes y proyectos.
Este año me ha obligado a la quietud física. Pero la quietud mental... Ah que bueno sería encontrarla.
Mil trescientas diez y siete cosas me asaltan por minuto. 
Este pensar en mañana, en que todo se solucione, en que por fin sepan qué van a hacer conmigo los cuatro doctores que llevan mi caso de síntomas recurrentes y tediosos, que no tienen origen aparente hasta ahora, en la próxima cita, en el exámen escabroso que sigue, o no tan escabroso pero que podría solucionar mil cosas...
Y sigo pensando...
Pero no hago mayor cosa.
Me prometo escribir más, leer más, terminar la bufanda azul que está cansada de recoger mugre encima de mi mesa de noche, sonreir mas, hablar mas con mis amigos, o escribirles o leerlos y dejarles una nota en el blog...
Pero no hago nada...
Hace mil años que no entraba acá a leer, a escribir, sigo teniendo sueños cienmetrográficos, como dice Don Moscardón, pero no los escribo, y pesadillas horrendas que me sacan de la calma deliciosa de las noches, donde no pienso, donde nada duele y solo tengo que yacer vegetal entre las cobijas.
No sé... Seguiré pensando, y tratando de hacer mas, por lo menos mas allá de la maravilla de mi mente.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Octubre 12 de 2012

Créeme cuando te digo que han pasado semanas desde que te busco.
Quienes te conocen me han dicho que ya no eres la misma de antes, que cambiaste y estas triste.
Te he visto... bueno, en realidad he visto la luz que sale de tu ventana cada noche. No me hablas, no me miras, no me atiendes cuando te llamo.
Yo solo puedo seguir buscándote y preguntarme dónde se han quedado tus risas y tus cantos. 
Quisiera saber qué pasó con el color alegre de tu mirada y tu sonrisa.
¿por qué se apaga el sonido de tu voz, cuando debería ser fuerte como antes?
Tus pasos suenan apagados y llenos de tristeza. Quisiera creer que es cautela, pero también lo fuiste aunque usaras zapatos de tacón.
Se que has cerrado tu ventana a los sueños y ahora, en las noches, solo te rondan turbias pesadillas.
Quiero encontrar tus flores...
¿dónde estás niña del espejo?

martes, 29 de mayo de 2012

Mayo 29 de 2012, 1003 Sueño Dos

Empezar la noche peleando con una cajera que no es capaz de registrar un pastel de queso y un juguito de caja, parecía mal presagio.
Apareció una nena ofreciéndole sexo a todo el mundo y con ganas de irse al centro a ver hombres desnudos y a terminar su vida en un antro de mala muerte. Venía con un tal Guido que dijo ser amigo de mi odontólogo.
Tenías puesto un vestido turquesa, muy bonito, y salimos de ahí, de ese supermercado express al parque.
Sólo había bares pequeños y mucha gente en la calle.
Decidí irme a dar una vuelta, a ver dónde podíamos tomarnos algo. Te quedaste esperando, sentada en un murito y tomándote una cerveza con pitillo. En el camino ví dos bares, todos en blanco y negro, en uno solo se veía humo y adentro. Caminé un poco más y ví otro, donde la gente dormía en el suelo o apoyada en las mesas. Parecían muy borrachos.
Al doblar la esquina ví un letrero. Ofrecía chicos hermosos desnudos.
Me devolví para contarle a la borracha que no tenía que irse tan lejos, pero en el camino me entretuve en el primer bar. Había un tipo, con un cuaderno en la mano y me dijo que lo mirara. Era un álbum de recortes y me contó que lo hacía con fotos que la gente le regalara a cambio de escribir algo bajo ellas.
Ví una compañera del colegio.
Seguí pasando páginas y encontré una foto tuya.
Salí corriendo a avisarte y te pudo la curiosidad y me compañaste.
En la foto te veías con el viento en la cara, como movido por el viento, pero de fondo estaba tu cuadro del dragón y te reflejabas en él también.
Con una caligrafía muy bonita abajo álguien puso: "Se que me amabas. lo supe la última vez que te ví y en tus ojos no se veía el frío metal que tus palabras expresaban.  Supe siempre que me amabas" y la firma era simplemente K.
Tu cerveza con pitillo se cayó al suelo, luego de rebotar en mi pié. 
Sólo decías maldito, maldito.. te pregunté quién era y me dijiste que era K... que tenías mucha rabia porque hacía unos días te había contado que el médico le dijo que se está quedando ciego...

viernes, 18 de mayo de 2012

Mayo 18 de 2012, 2340

Tanto para ver en la tele y casi todo se enmarca en premoniciones apocalípticas, asesinos seriales, novelones...
Muero de calor, hace una semana no llueve. No cae gota mijita habría dicho mi abuela.
El rumor de la calle trae reggetón y risas enredados con el viento.
Poco olor de lluvia para esta noche.
San Isidro labrador... no, esa no es la tonada adecuada para hoy...
No sé...
En este momento, mas dormida que despierta, escribo por libre asociación.
Él dice miaw... y no es un gato, es una persona que habla en cetáceo en la tele...
Quiero reposar a tu lado, vigilando tu respiración...
Me esperas?

martes, 10 de abril de 2012

Abril 1o de 2012, 1723

A mí me gusta Bogotá.
Me gusta el clima frío y nuboso.
Me gusta que haya tanto por hacer, los museos, bares, barrios bonitos. Me gusta La Candelaria e ir a tomar el algo a la repostería francesa aunque quede lejos.
Me gusta la topografía tan amigable para caminar sin mucho lío.
Pero lo que no me gusta, lo que me emputa soberanamente ( y me perdonan el soberanamante), es que sus habitantes se hayan acostumbrado a vivir entre el mugre.
Me choca ver que no laven los buses y que por dentro huelan a rincón de loco.
Me fastidia ver locales de comidas, en centros comerciales enormes, llenos de papeles en el piso y vasos vacíos en las mesas. Y que nadie los recoja, ni el que los usó ni los responsables del local.
Me aterra ver cómo la gente tira a la calle la basura de la forma mas impune y descarada.
Me molesta caminar por los parque llenos de mierdas de perros. Porque los perros andan sueltos y los dueños se dedican a chismosear con los dueños de otros perros, sin tomarse la molestia de recoger el "regalito"de su mascota. Y la mayoría de los que recogen, dejan la bolsita en el lugar donde el perrito hizo. Mas o menos lo mismo que si no recogieran.
Me pregunto cómo serán sus casas.
Me molesta, sí. Vengo de una ciudad donde nadie raya los buses o el metro, donde encontramos canecas en cada esquina y se mantienen vacías. Donde a la gente le duele el espacio que habita y se compromete a mantenerlo por lo menos en las mismas condiciones en que lo encontró.
Dicen que en Bogotá hay de todo menos Bogotanos, pero lo menos que uno debe ser es responsabilizarse por el lugar que ocupa en una ciudad

viernes, 13 de enero de 2012

Sueño uno. Enero 13 de 2012

La escena de todos los días se repetía.
- Dime mamá qué puedo hacer con este muchachito? No quiere comer, nada le gusta, todo lo escupe y se la pasa llorando.-
Eso dice la joven madre, mientras habla por teléfono con su madre, no tan joven.
-Pues mija, yo solo le recomiendo que le juegue, que lo anime con cosas para que se distraiga y no piense mucho en la comida. De pronto así le recibe alguito...
Empieza la odisea... Un osito de peluche, un patito de goma, una volqueta verde y amarilla...
Nada.
El mugre infante se niega acomer, sigue derramando cada cucharada sobre su menudo cuerpo y cada vez grita mas fuerte.
Con los gritos del niño, un cuadro se desploma.
La pobre señora va por un martillo y un clavo para volverlo a poner en su sitio.
Termina de desquitarse con el muro y mas tranquila, vuelve a arremeter a la faena de alimentar a este malcriado y empecinado humanito que salió de sus entrañas.
Toma la cuchara conla derecha, aún con el martillo en la izquierda... Temerosa, insiste, con la sopa y, Oh milagro, su hijo amado se la come de buena gana.
Y sigue así, ella inmóvil, solo acercando la cuchara a la boca ansiosa del niño.
Y el recibiendo cada una de ellas con felicidad.
Al terminar el plato corre al teléfono y le cuenta a su madre lo ocurrido.
La sabia mujer sólo atina a decirle: "Al que nace para martillo, del cielo le llueven los clavos".