viernes, 30 de mayo de 2008

Mayo 30 de 2008, 1039

No voy a negar que me sorprendió la reaparición de este señor. Repareció como comentario, como "te tengo un chisme y no de los buenos".
Borracho, a las 4 de la mañana, buscando donde seguir la fiesta.
Borracho hasta los huesos, diciendo incoherencias.
Ni siquera preguntó por mí y eso me dió rabiecita.
Pero más que eso lo que me dió fué mucha tristeza.
Pensar que un tipo inteligente y esencialmente bueno pueda seguir acabando con su vida, con lo bueno de su vida que hace poco ha empezado, que hace poco se ha manifestado de forma maravillosa como tantas veces lo deseó.
Y también me dió calma saber que ya no estoy ahí, ni para verlo, ni para sufrirlo, ni para levantarlo ni cuidarlo en sus permanentes metidas de pata.
Por algo es cierto que Dios sabe cómo es que hace lo suyo.
Por fortuna muchos sueños no se materializaron, por fortuna no hubo matrimonio ni cosas más importantes.
Por fortuna, Ud se fué y le dejó el paisaje libre a otros que sepan mirarlo con mejores ojos.
Por fortuna ya no está más acá, ya no estoy más con Ud y sí más conmigo.

jueves, 29 de mayo de 2008

miércoles, 28 de mayo de 2008

viernes, 2 de mayo de 2008

Mayo 2 de 2008, 1019

Hoy, después de desyerbar mis lechugas, que nadaban en maleza, me miro las manos.
Mis uñas quedaron arruinadas, no más bonito esmalte o un largo un tris imprudente para mis costumbres. Todavía, después de lavarlas a conciencia, con cepillito incluido, están un poquito sucias. Tengo arenitas por debajo de las uñas, y dos se descarnaron y me duele escribir, sobretodo las letras que son responsabilidad de mi índice derecho. Pero a pesar de todo, las lechuguitas quedaron lindas, libres, desahogadas y con espacio para crecer felices. No pude terminar todas las eras, empezó a llover y no tenía ganas de mojarme.
Hoy, tengo como tarea desyerbarme la cabeza. Sacarme la maleza que enreda la claridad de mis pensamientos, de mis sentimientos. Mi pobre cabeza está llena de plantas carnívoras y enredaderas tediosas que ahogan y asfixian mis ideas, que se sienten pequeñitas y limitadas para fluir.
Estoy desmalezando, arrancando tanto hierbajo tedioso que se ha asentado en los resquicios de mi cordura. Quiero terminar pronto, aunque en el proceso me arranque una que otra neurona.