jueves, 18 de abril de 2019

Abril 18 de 2019, 18:05

Los amores que más duelen son los de verdad. Los que se van intactos, sin rabia, sin pelea, sin daños. Los que se hacen recordar con una sonrisa en los labios y el corazón arrugado al saber que nunca más será.
Hay gente que se nos va de las manos, que por más que nos esforcemos no las vamos a poder encontrar ni alcanzar otra vez.
Amores que duelen como el primer día, pero porque hay muchas historias en las que ya no van a estar, historias que nos pasan y que ya no podemos contarles, gente a la que no vamos a poder presentarles, cenas que no vamos a cocinar otra vez, ni cafés por tomar, ni canciones por oír...
Y ese es el dolor, la impotencia de no poder llenar el huquito en la foto, donde deberían estar con su sonrisa luminosa e infinita.
Hay dolores que sólo se pueden aceptar pero nunca superar, porque nunca habrá suficiente tiempo para llenar una pérdida así de enorme...
Porque casi doce años no son suficientes con todas las hisotrias que han pasado y te perdiste Ma.
https://open.spotify.com/track/2fr9fbDhqjcSDd2ELn9c9t?si=rLy1DFtAS6ChDkP_BvK5yQ

lunes, 3 de diciembre de 2018

Diciembre 3 de 2018, 2206

Con alguna frecuencia abro el cajón donde están mis lápices, los colores, los marcadores, los lapiceros y las plumas.
Cada vez con más frecuencia encuentro tinta seca... algún lapicero que ya no escribe, las plumas que se niegan a trabajar de tanto abandono. Hace unos días alguien me preguntó qué pasó entre las letras y yo y no tuve respuesta. Hay gente que se da el lujo ególatra de decir que el mundo no merece lo que escriben pero yo, yo llevo mucho tiempo queriendo otra vez empezar, que las letras no sean simples tareas ajenas o direcciones en la calle o cosas que tienen todo el sentido para el mundo, pero para mí no, que no llegan, que no hablan más que de trámites idiotas como el de moverse por la vida sin más.
Ayer pasé frente a un lugar hermoso y su nombre daría para millones de historias, para reconstruir un país entero, una civilización antigua, una cultura que se ha extendido por la tierra entera. Pero no, a mí no me dijo nada, no se me quedó dando vueltas en la cabeza como antes. Como tendría que ser, maldita sea, si terminara de ser yo otra vez.
Cierro otra vez la caja, les prometo que esta vez no será tanto tiempo sin mirarlos... Espero...

lunes, 4 de julio de 2016

Diciembre 19 de 2017, 0006

Elucubrar siempre ha sido uno de mis pasatiempos favoritos. Desde que tengo memoria la imaginación ha sido una de mis compañeras permanentes. Es de lo mejor que se puede tener cuando se crece siendo el bicho raro que no encaja, la ñoña del grupo.
Y me quedé con el vicio de pensar, imaginar, profundizar, tomar una idea, una imagen y convertirla en un cuento enorme, perfecto, con inicio, nudo y desenlace.
Pienso tanto en lo que vivo como en lo que no, en los sueños dormida y despierta. Pienso también en las pesadillas... Y todo lo completo, porque aveces las historias terminan sin final, sin conclusiones reales. Aveces los finales son comienzos, los comienzos finales, todo tan mutable, tan variable, tan perfecto e imperfecto a la vez...
Pero a veces terminan como no me gusta y en mi cabeza me la paso haciendo miles de finales alternativos.
Siempre he imaginado qué pasaría de tener una memoria implantable en la cabeza, como tomar fotos con los ojos...
Ahora tengo fotos de cosas, pero ninguna jamas logra todo lo que quiero y las que sí lo logran, no existen para el mundo real.
Seguiré pensando en historias, mientras un día de estos, se inventan la bendita memoria implantable.

Julio 4, 1121

Contar los días felices es fácil, muy fácil. Mucho más que contar cada instante y demorarse horas recordando cada uno.
Aprender sin garrote, sólo con miel, y guardar ese dulce para siempre.
Aprender que cada momento es como leer un libro, saber que se va a acabar algún día y tenerlo en la biblioteca para poder acariciar su lomo de vez en cuando, ojearlo, olerlo y seguir.
Será, tal vez, el secreto enamorarse de todo, de todos, sacarle a cada momento, a cada persona lo más bonito que puedan dar y seguir, sin quedarse con los pies ahí pegados como en cemento.
Sólo gratitud para este libro al que le faltan unas pocas páginas, pero que será uno de mis favoritos para siempre.

domingo, 3 de julio de 2016

Julio 3, 0130

El universo y yo tenemos una conversación pendiente. Juro que hoy lo intenté... despertar con todo lo que llevó tiempo ansiando, vos el vikingo soñado... y que es un tiempo corto, que se acaba, parece un chiste de mal gusto.
Te veo dormir... tu mano en mi pierna y el tiempo corre.
Hay mucho alcohol en mi cuerpo y un ansia cierta en mi alma.
Quedarte... yo no puedo ofrecer más de lo que soy, más que un tiquete a casa. Más que volver alguna vez...
Love me like you do...

jueves, 28 de enero de 2016

Enero 28, 1017

Dejé de buscar respuestas.
Dejé de preguntarle al tarot, a la ceniza del cigarrillo, a las nubes y los astros.
Ahora sólo descubro en el cotidiano.

viernes, 22 de enero de 2016

Enero 22, 1839

Hay una cosa de la gente que me cuesta entender y dejo que me moleste profundamente y es el arte del juicio.
Esa capacidad de vivir mirando la paja en el ojo ajeno. Habrá quienes lleven una vida intachable y eso no tiene la más mínima discusión. Poquitos, muchos, los que sean. Pero esa tendencia de emitir sentencia sobre la vida ajena, de sentirse moralmente (y hablo de la moral religiosa que nos acosa desde infantes) superiores para acabar con las acciones ajenas, sin detenerse por un segundo a pensar los motivos que llevan a los demás a hacer lo que hacen.
El comentario a priori, sin saber nada, emitido con ligereza e ignorancia, de la de no saber, y quedarse con el culo bien firme en el asiento cómodo de rajar del otro, es veneno puro.
Yo me pregunto, por qué si tienen una vida tan maravillosa, tan de mostrar, ¿tienen que encontrar diversión jodiendo a los demás?