lunes, 28 de noviembre de 2011

Noviembre 28 de 2011, 1322

Empiezo esta entrada como todas, mirando la hora en el reloj del compu... Hora que aparece como nunca la escribo, la 1:22... El número favorito de mi hermana, a quien cuido en su dolor terrible de espalda. Estoy otra vez en Medellín, después de quince días de habitar una ciudad nueva, una casa nueva, una cama nueva y compartida.
Mientras ella duerme un poco, yo me doy una pasadita por los blogs que leo con alguna frecuencia. Que debo confesar, no es la que quisiera. Y me arruga el alma ver que la mayoría de entradas nuevas, en todos, tienen un dejo de tristeza, un color ahí como melancólico, pegajoso como melcocha caliente, recién salida de la paila. Una sensación humeante que dista mucho de oler a dulce.
Veo otra vez mi paisaje cotidiano anterior, las montañas y edificios que me acompañaron estos meses de regreso a casa.
Pienso en estas personas que leo hace tanto, algunas de años atrás, y me arruga el alma ver como han llegado a un nivel tan profundo de desesperanza e infelicidad. Me gustaría comentarlos y decirles "Ey, marica, la vida es una chimba. Llena de matices y motivos siempre para levantarse y empezar un día nuevo. Tejida de angustias y ansiedades y alegrías, pero siempre diversa y hecha para reinventarse cada día".
Pero no. A mí no me corresponde decir nada. Nadie entendería que estoy radiante porque soy así y pensarán para sus adentros que estoy así, feliz, porque me casé, porque tengo compañía, porque puedo ahora reinventar mi vida...
Ojalá les pudiera dar un abrazo.
Pero no. Un abrazo feliz a un alma triste le sabe a mierda

jueves, 24 de noviembre de 2011

Noviembre 24 de 2011, 1812

Empezar diciendo que lo único que extraño de mi antigua vida es el paisaje o a mi hermana, sería mentir.
Esta nueva ciudad, fría, me sorprende cada día con olores y colores diferentes. Voy redescubriendo sabores de infancia, envueltos de maíz, variedades de papas que no veía desde la mas tierna edad, postres y lugares con comidas deliciosas.
Tonos de voz diferentes, acentos agudos, palabras nuevas. Una ciudad llena de personas de miles de ciudades distintas, con matices y costumbres distintas y cosas bonitas para aprender.
Volver a la ciudad natal, aprendérsela otra vez, casas con dos direcciones diferentes, trancones, buses muy sucios y gente con prejuicios con las personas de otras regiones, en especial de la de donde vengo yo.
Esta es una oportunidad única para reinventarme, para ser otra y si quiero, volver a empezar. Con un paso a la vez, voy sorteando todos los cambios que llegaron todos juntos y me cambiaron la vida en un instante, como siempre.

martes, 25 de octubre de 2011

Octubre 24 de 2011, 2359

Otro día que termina.
Primer día de una nueva semana.
Estas semanas están siendo dinámicas, con lecciones de fortaleza.
Ya en solo 3 semanas mi vida volverá a cambiar radicalmente.
Cambio de estado civil, de ciudad, de empleo y hasta de guardarropa.
Días "libres" que se convierten en días de solución de problemas, de fortalecimiento familiar, de recordar que no somos invencibles y que siempre habrá alguien cuidándonos y a nuestro cuidado.
Tantos cambios, tanto correr, me asusta.
Ver como la ciudad se mueve, tan dinámica e inquieta. Me asusta mas el cambio de las calles conocidas
que la muerte de los conocidos. Esas casas y calles tan familiares nunca deberían morir para dar paso a otras casas. Las piedras parecen imperecederas, las personas desde que nacemos, sabemos que no lo somos.
Y más días pasan y mas cambios vienen y al final de la tarde, a veces me miro al espejo y no me siento yo.
¿Qué escribiré en un año?, ¿qué pensaré en un año?, ¿Quién seré en un año?
Por ahora, soy una prometida, novia medio bridezilla y mamá de Lola María, quien ya sin fiebre, duerme apoyada en mi rodilla.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Octubre 19 de 2011, 1726

Anoche, al apagar la luz, mi habitación se fué llenando de fantasmas.
Todos ellos venían por algo que creyeron les había pertenecido alguna vez. Llegaron reclamando mi cuerpo y mi deseo. Y uno a uno se fueron yendo con una despedida, las manos vacías y el deseo intacto.
4 valientes vinieron a disculparse. Se fueron con el alma grata y la sensación de calma en sus ojos vacíos.
Ya no es tiempo, se pasó la hora y el momento.
Ahora sí le pertenezco a álguien, al que se quedó para siempre. Al hombre con el que me voy a casar el 13 de noviembre, a las 4 de la tarde.

martes, 30 de agosto de 2011

Agosto 30 de 2011, 1358

Dice la sicología, moderna o antigua, que somos el resultado de interacciones con el entorno y de los aciertos o desaciertos de los padres en la crianza.
Yo no soy madre y mucho podrán decir qeu todo lo que voy a escribir es un sartal de estupideces o un ataque pataletoso de una niña caprichosa y resentida.
Si cada uno de nosotros trae un montón de taras y rayas y complejos y compliques de cuenta de los desaciertos de sus padres (padre como genérico, no es una especificación de sexo masculino), entonces, ¿por qué nos quedamos sentados chillando sobre las culpas de nuestros padres en nuestras vidas?
Porque me cuidaban mucho o muy poco, porque me mimaron mucho o muy poco, porque les importaba mi vida en exceso o en lo más mínimo... siempre tendrán la culpa de algo o de mucho.
¿Por qué entonces no dejamos de quejarnos y hacemos cosas improtantes para nosotros mismos?
Creo yo, como mujer adulta, prometida actual y madre potencial, que deberíamos parar un poquito y evitar repetir las historias.
Yo, por lo menos, cuando tenga hijos, sólo les voy a prometer lo que pueda cumplir, no sea que se queden pensando en promesas incumplidas toda la vida.
Que puedan tener una vida cómoda, pero que aprendan también el valor de las cosas y el dinero.
Que si me odian, sea mientras crecen y por berrinche de no tenerlo todo, y al llegar a la edad adulta, hagan un alto y puedan decir: "mi mamá tenía razón"
Que seamos responsables por cuidar sus corazones, sus sentimientos, sus emociones... No sea que se la pasen por ahí diciendo que fuimos los primeros en romperles el corazón, o que si así son su padre/madre, qué pueden esperar de los hombres/mujeres de su vida...
Creo que ser papá o mamá no es una tarea sencilla, de serlo, todos estaríamos exentos de traumas de infancia y dolores de niñez, creo que es solo regirse por códigos de conducta y valores simples; respeto, tolerancia, amor, comunicación y sobretodo, por la responsabilidad que acarrea, enchufar el cerebro antes de actuar y la lengua antes de hablar.
En el oficio de ser padres, todo lo que se haga o diga puede ser, y será usando en nuestra contra.

Y esta es porque me recuerda mucho a mi mamá... Por alguna razón me persigue en situaciones medio absurdas...







viernes, 22 de julio de 2011

Julio 22 de 2011 , 1042

Nadie puede saber lo que me duele verla así. Llorando, triste, pensando que lo que le pasa es un castigo.
Nadie se imagina mi impotencia y la rabia que siento al saber que se siente miserable y culpable.
Yo no puedo hacer nada más que acompañarla en silencio, oírla quejarse por haber sido irreflexiva y confiada. Por confiar en quien amó y le dijo que era la única, que nunca podría hacerle daño porque ella era importante para él.
Ahora está enferma. Su tranquilidad y su felicidad dependen de unas pastillitas blancas que deberá tomar de por vida.
Yo la veo y solo pienso en lo egoistas que podemos ser los humanos, en lo falsos y mentirosos, en lo cobardes que somos al no asumir que podemos ser contagiosos, virulentos. Jugando con la gente que nos ama, ocultando la verdad de nosotros mismos.
Yo la veo muerta de miedo, sabiendo que esto puede alejar a todos los hombres de su vida futura. Sabiendo que será juzgada cada vez que se queje, cada vez que sienta dolor. Sabiendo que le diran que son males buscados.

Yo la veo y cuando está así, solo puedo pensar en esto:


Que suene a regaño, no importa, por favor tenga siempre a mano un condón.

sábado, 9 de julio de 2011

Julio 9 de 2011, 2229

La vida tiene formas extrañas de funcionar.
Esta ha sido la semana de los malos chistes universales. Nada que hacer.
Cuando algo se iba solucionando, otra cosa aflojaba por otro lado.
Esas eventualidades me sacan completamente de quicio. Tienen la capacidad de convertirme en un ser oscuro, malhumorado e histérico. Por más que quiera me es complejo soltar el control sobre ciertos aspectos de mi vida.
Al parecer, sigue siendo la paciencia mi lección de este año.
Primero intentar aprender a tocar piano. Sólo asistí a 4 lecciones, porque...
Mi segundo módulo de paciencia era aguantarme a un jefe insufrible mientras me confirmaban otro empleo, y en esa espera renuncié, pero...
No salió nada porque me estafaron y jugaron con mi amabilidad y me robaron la información del proyecto, entonces...
Empecé a trabajar con un empleo en el que no tenía ninguna experiencia, y...
me dí cuenta que la amistad es mucho más que caerse bien o querer a alguien, y así...
después de que pareciera eso de conseguir pareja un imposible, apareció Alejandro, con quien estamos construyendo una relación hermosa e interesante llena de emociones y subidas y bajadas (No todo es color de rosa, pero ha sido de una tonalidad increíble).
Y aunque mi amado Romeo (WV 1966 color verde aguacate por dentro, alias La Alverja), es una fuente de felicidades infinitas y paseos e historias, ha logrado exigirme tandas infinitas de paciencia, ya que...
mi papá lo mandó a pintar y cuando salió del taller no tenía reversa y tenía los frenos malos, entonces...
Estuvo parado dos meses casi y se le descargó la batería y cuando la compré, ya no quiso prender.
Llamé al mecánico que lo prendió facilísimo después de echarle gasolina al sistema, ya que toda se había ido fuera de éste por haber estado parqueado tanto tiempo, y (la historia mejora)
Subí a mí casa a buscar los papeles para llevarlo al taller y...
Los había echado a la basura una semana antes cuando arreglé el clóset... Tocó sacarles copia y Romeo por fin está en el taller... Aunque no solo hay que arreglarle la reversa sino otras cositas adicionales...
Pero bueno, al menos está en el taller, ya solucioné lo de la plata, las altas y bajas han vuelto a ser altas y aunque está haciendo un calor del demonio, puedo decir que en este momento, sigo aprendiendo de paciencia y, me siento infinitamente feliz!

martes, 28 de junio de 2011

Junio 28 de 2011

Hace tiempo que no las veía así.
Las tres McAllister, sentadas muy juiciosas tomándose un café.
Las tres sonríen, hoy no hay pelea.
Ni Josephine ni Claire regañan a Paulie...
Han tomado muchas decisiones.
Claire se va a vivir donde nadie sepa de ella. Sabe que ya no hace falta cuidar elcorazón de su hermana.
Josephine decidió recluirse en un palazzeto al sur de Italia, donde pueda dedicarse a cultivar flores, a bordar y a llevar la vida silenciosa y apacible que desea. Sabe que no hace falta cuidar el corazón de su hermana.
Paulie no dice nada. Está triste por la despedida y feliz, por fin, de tomar las riendas de su propia vida.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Mayo 4 de 2011

Estaba segura que era ella, pero no sabía de qué estaba compuesta.
Conocer gente la divertía.
Se la pasaba analizándolos, despiezándolos, despedazándolos.
Cada uno tenía algo que la seducía.
Cada uno tenía algo que la atrapaba y le gustaba.
De cada quien empezó a tomar, a atrapar, a asimilar lo que mas le gustaba.
Así se modificaron sus gustos, sus pasiones. Así cambiaban de la misma forma que una veleta, que el clima, que el viento jugando entra las hojas.
Y ella se convirtió en una muñeca de trapo, en una colcha de retazos, en una mala copia de un caleidoscopio.
Y cada día cambia más, más y más.
Y aún sigue insistiendo en buscarse...

lunes, 11 de abril de 2011

Abril 11 de 2011

Antes que nada, quiero disculparme con las de mi especie porque después de esta entrada muchas me van a odiar.
Y de paso aclarar que no soy machista, que no ando en contra de nosotras, ni jugando a ser una reveladora de verdades.
Para mi convicción y solo de mi cabeza, para entender cosas y dejar de sacar conclusiones a la ligera.
Pensando mucho en las "rarezas masculinas", en su capacidad infinita de cambiarnos el escenario de juego y de ser un día unos y otro día otros, pues llegué a ciertas conclusiones. Aclaro que no quiero sacarlos a todos en limpio, porque algunos no tienen ni idea de lo que quieren o donde están parados, pues noté que somos más nosotras las que cambiamos las reglas y escenarios del juego.
Que cómo así??? si nosotras no hacemos Naaaaaaaaaaaaaaaaaada malo... Me explico, resulta que los hombres (generalizando aunque en este caso me refiero a la mayoría), cuando empiezan algo con alguna de nosotras, nos la ponen bien clara. De entrada sabemos que quieren. Y nosotras muy bonitas, para engancharlos, pues les aceptamos las cosas como son.
Cuando ya sentimos y estamos convencidas (si, claro) que los tenemos súper seguros, entonces empezamos a dibujar escenarios posibles, que nos gustan más. A exigir cosas que de entrada cedíamos por pura y física conveniencia, para que la carnada fuera creíble.
Pero señoritas, ellos no cambian, las que cambiamos somos nosotras, esperando que ellos no se den cuenta y cuando no se amoldan al antojo de cambio que tenemos (porque no es capricho, es solo antojo), entonces los raros y que han cambiado, son ellos.
Si, ellos son mas inmutables que nosotras, mas estables, menos llenos de fantasías y maricadita varia en la cabeza.
Si uno de mujer, aprende eso, se hace menos pajas mentales y aprende a vivir mejor.

jueves, 20 de enero de 2011

enero 20 de 2011, 0854

Ahora que entiendo todo, es más fácil hilar los últimos hechos.
Yo pensé que el inicio era lo más extraño, pero no.
Haber recibido una llamada del portero de tu edificio hizo que mi día estuviera llena de curiosidad. Llegar a tu casa y encontrar una nota donde dejabas mi número y el de tu mejor amigo, para que te regáramos las plantas en tu ausencia, explicó un poco la situación.
Tu mejor amigo está fuera del país, así que el plan B era yo.
Igual entré, aunque recordé que el día que estuve no ví ni una sóla planta.
Todo se veía desordenado, como si hubieras salido de afán.
Buscando las tales plantas, encontré una nota.
Parecía una invitación. En papel negro, muy suave y bonito, con caligrafía plateada y lacre.
Pero… No entendí ni una palabra de lo que había escrito.
Copié, lo mejor que pude la información. Sé que no debí haberlo hecho, sé que la curiosidad puede ser un defecto y debo confesar que, en mi caso, lo es.
Con las llaves de tu casa en un bolsillo y la copia de la tarjeta en otro, salí a buscar aun amigo que habla muchos idiomas.
Nos encontramos en un café y después de conversar un rato, le mostré el papel. Me dijo que ya se le hacía raro que lo hubiera llamado después de tanto tiempo…
No puedo describir la cara de pánico que puso, que fue convirtiéndose lentamente en fascinación y envidia.
Me preguntó de dónde había sacado el escrito. Yo, como mala mentirosa, le conté que lo había encontrado en casa de un amigo. Le pregunté qué idioma era y me dijo que se trataba de griego antiguo.
Me preguntó quién era el dueño de la nota, y ahí sí preferí guardar el secreto.
Me dijo que debía ser álguien especial, o talentoso o algo así.
Le pregunté qué decía la nota. A estas alturas de la tarde, sentía que iba a morirme si no sabía qué decía en ese pedazo de papel.
Y muy despacio, dándoselas de muy importante, leyó:

“Queridísmo Contador de historias:
Al igual que el año anterior, ha llegado el momento en que mi esposa regresa a casa.
Sé que sus múltiples compromisos le retienen en su hogar, pero al ser una persona tan talentosa y deberse a las artes antes que a sí mismo, le reitero la invitación anual a mi reino.
Acá, como siempre, encontrará las comodidades que le he ofrecido en pasadas ocasiones. De igual manera, obtendrá su pago al final de su visita.
Sé que mi esposa estará ansiosa de recibirlo y de pasar un tiempo en su compañía.
Hades.”

Yo no pude más que quedarme en silencio y sentirme confusa y sorprendida.
Ya entendía por qué no había obtenido ninguna respuesta a mis llamadas.
De todo esto sólo me quedó una duda, ¿Cuándo regresas de contarle historias a Perséfone?

martes, 11 de enero de 2011

Enero 11 de 2011

Ahora que mis vacaciones se acabaron y fueron equivalentes a una excelente caja de chocolates, puedo decir que pensé mucho, bailé, me reí y asombrosamente el año nuevo me cogió en a ducha y no lloré ni un poquito.
Dentro de todo, tuve tiempo para pensar en una noche en particular de meses atrás.
Me acordé mucho de detalles intrascendentes pero interesantes.
Y podría decirte que a punta de recuerdos, tu olor invadió mi cuarto, sentí otra vez el sabor de tus besos, vi el brillo de tus ojos y me dejé llevar por tu sonrisa.
Sentí tu calor muy cerquita, el tacto de tu pelo, de tu piel...
Y aunque fué el recuerdo de una sola noche, podrí a decir que quisiera que volviera otra vez.