jueves, 12 de junio de 2008

12 de Junio de 2008, 08:47

Yo soy una güeva.
Lo ví en la calle, o mejor dicho, ví el carro en la calle, no alcancé a ver si era o no.
y me dió hueco en la panza.
Ahora bien, ¿cómo le da a uno hueco en la panza por álguien que se portó de quinta, que trató mal???? yo solo podría contestarlo diciendo que eso pasa cuando uno es un imbécil.
O pensar tal vez que, solo por un instante, fué una rememoración del cuerpo. Un antojo físico, porque la cabeza y el corazón tienen claro, hasta la saciedad, que esa no es la persona, que esa compañía no alegra los días.
Puro recuerdo de la carne, del vicio vacío de emocionarse por la costumbre de tantas noches vividas, de tantos besos. Pero si eso fuera la felicidad, sería tan sencilla como salir a la calle y antojarse del primero que pasara y nos gustara.
Pensándolo bien, yo no soy tan güeva. La güeva es mi panza.

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