martes, 23 de junio de 2009

junio 23 de 2009, 1641

Josephine McAllister, como buena señorita victoriana que guarda las apariencias, aunque sea en el bolsillo, se había prometido mantener el corazón a buen recaudo, escondido como un tesoro de pirata de aquellos de hace mas de doscientos años.
Con el corazón, escondido en una isla que sólo ella sabía encontrar en su mapa personal, había guardado también la dignidad, el plano de ella y el pegante universal.
Josephine sabía de historias, de escribir canciones y cuentos, de preparar martinis y, sobretodo, de huir de los cretinos, mantenerse a prudente distancia.
Josephine, muy prudente y discreta, sabía no creer en señales equivocadas. Sabía que habia que ser inteligente para no dejarse estafar.
Pero un día, de esos que no avisan, encontró en su camino un mercader de productos brillantes, telas y espejos. Tenía los mejores espejos del mundo, traídos de lejos, traídos de antes, como antigüedades costosas.
Josephine era muy cauta, pero era muy mujer. No estaba sorda y como decían las viejtas, el cuento entra por los oídos.
El mercader le ofrecío su mercancía y además le entregó su corazón, pero no el de verdad, una copia al carbón, patinada de oro para que reluciera como si estuviera nuevo, como si no trajera arrugas ni recovecos.
Confiando en el mercader, Josephine le dió el plano de la isla secreta que está ubicada en su jardín inmarcesible y personal, le contó cuál era la combinación del baúl para econtrar su corazón y le creyó.
Durante 38 días Josephine fué feliz.
Durante 38 días creyó que el mundo habitaba en los espejos y que en uno de ellos había encontrado un corazón maravilloso.
Pero qué va, pobre Josephine, sólo vió, en el espejo y en el dueño de éste, el reflejo de su propio corazón.
Ahora josephine va a tener que cambiar la ubicación de la isla y del cofre, va a tener que usar el plano y el pegante universal para pegar los pedazos de dignidad que le quedan, y se va a buscar un cerrajero para que le cambie la clave al baúl.
Mi querida Josephine tiene el corazón roto.

1 comentario:

El peregrino dijo...

Del gran blog de DAN-T llego al tuyo. Tiene tanta vida tu Josephine que es alguien, eres tú y acaso yo y acaso todos.
Gracias por tus letras.