Contar los días felices es fácil, muy fácil. Mucho más que contar cada instante y demorarse horas recordando cada uno.
Aprender sin garrote, sólo con miel, y guardar ese dulce para siempre.
Aprender que cada momento es como leer un libro, saber que se va a acabar algún día y tenerlo en la biblioteca para poder acariciar su lomo de vez en cuando, ojearlo, olerlo y seguir.
Será, tal vez, el secreto enamorarse de todo, de todos, sacarle a cada momento, a cada persona lo más bonito que puedan dar y seguir, sin quedarse con los pies ahí pegados como en cemento.
Sólo gratitud para este libro al que le faltan unas pocas páginas, pero que será uno de mis favoritos para siempre.
lunes, 4 de julio de 2016
Julio 4, 1121
domingo, 3 de julio de 2016
Julio 3, 0130
El universo y yo tenemos una conversación pendiente. Juro que hoy lo intenté... despertar con todo lo que llevó tiempo ansiando, vos el vikingo soñado... y que es un tiempo corto, que se acaba, parece un chiste de mal gusto.
Te veo dormir... tu mano en mi pierna y el tiempo corre.
Hay mucho alcohol en mi cuerpo y un ansia cierta en mi alma.
Quedarte... yo no puedo ofrecer más de lo que soy, más que un tiquete a casa. Más que volver alguna vez...
Love me like you do...
jueves, 28 de enero de 2016
Enero 28, 1017
Dejé de buscar respuestas.
Dejé de preguntarle al tarot, a la ceniza del cigarrillo, a las nubes y los astros.
Ahora sólo descubro en el cotidiano.
viernes, 22 de enero de 2016
Enero 22, 1839
Hay una cosa de la gente que me cuesta entender y dejo que me moleste profundamente y es el arte del juicio.
Esa capacidad de vivir mirando la paja en el ojo ajeno. Habrá quienes lleven una vida intachable y eso no tiene la más mínima discusión. Poquitos, muchos, los que sean. Pero esa tendencia de emitir sentencia sobre la vida ajena, de sentirse moralmente (y hablo de la moral religiosa que nos acosa desde infantes) superiores para acabar con las acciones ajenas, sin detenerse por un segundo a pensar los motivos que llevan a los demás a hacer lo que hacen.
El comentario a priori, sin saber nada, emitido con ligereza e ignorancia, de la de no saber, y quedarse con el culo bien firme en el asiento cómodo de rajar del otro, es veneno puro.
Yo me pregunto, por qué si tienen una vida tan maravillosa, tan de mostrar, ¿tienen que encontrar diversión jodiendo a los demás?
domingo, 10 de enero de 2016
Enero 10 de 2016, 2053
Me di cuenta que tenía con urgencia que arreglarme las uñas de los pies.
Dioses... Que desastre! Tantos días de estar enfocada en otras cosas y había olvidado mi propia piel, mi cuerpo.
Hablando con @misia_carolaina, nos dimos cuenta que eso de recordar el cuerpo hace parte de sanar, que primero se sana el corazón, el alma y después el cuerpo. Que la energía se enfoca donde más se necesita y el pobre empaque queda de último siempre.
Pero el día que se recuerda el empaque, entonces todo lo demás ya está tranquilito y aliviado.
Que el mundo esté pendiente, porque este año está siendo el primero de muchos memorables, pero memorables muy bien!
lunes, 4 de enero de 2016
Enero 4 de 2016, 1447
Contando lentamente cada marca del cuerpo. Redescubrir señales ignoradas. Reconocer historias ya sabidas y olvidadas. Saber que una y otra vez el mundo empieza, la vida empieza, las cosas se acumulan y hay que ordenarlas, el mugre se acumulan y hay que barrer, moverse, cada día más, moverse, fluir, crecer, respirar...
domingo, 20 de diciembre de 2015
Diciembre 20 de 2015, 0750
Ahora vivo con miedo.
Jamás pensé que diría esto, que llegaría a este nivel.
Admitirlo es la cosa más difícil que he hecho en mi vida. Yo que siempre fui fuerte, que siempre fui independiente y autónoma, ahora me reconozco, dentro mi fortaleza, independencia y autonomía, como una persona que tiene miedo.
Estoy lejos del miedo a vivir, del miedo a levantarme y seguir. Para eso estoy bien entrenada.
No. Tengo miedo de alguien. Viví los últimos dos años de mi vida bajo un "régimen de terror", en una historia de "amor" tóxica y dañina que estuvo a punto de acabar con mi vida. Literalmente. Y me acostumbré. Creí en historias de hadas donde el amor puede con todo, donde yo misma era responsable de la felicidad de alguien que no sabe ser feliz, donde la mujer perfecta es la que más aguanta y, al mejor estilo de Scarlet O'hara, sabe que mañana siempre será otro día para seguir aguantando.
Me da mucha vergüenza contar todo esto. Pero lo hago. Parcialmente por catársis, en menor medida para que, si alguien se siente identificado con una historia de maltrato, sepa que nadie tiene que aguantarse nada. Si no se es feliz, si hay maltrato de por medio, si la vida color de rosa se vuelve gris plomo, hay que buscar ayuda para poder levantarse, ponerse los zapatos y salir corriendo.
El amor de verdad, el bueno, jamás agrede, jamás duele, jamás deja morados en el alma, ni la necesidad de esconderlos con sonrisas postizas.
El amor de verdad nos ayuda a salir de eso y nos recuerda cada día que merecemos todo lo bueno que pueda existir.
Hoy vivo con miedo. Se que se quita. Se que tengo la posibilidad de levantarme cada día y seguir, porque aunque estuvo a punto de acabar conmigo, de robarme el corazón que late, aún tengo tres motivos para levantarme cada día. Mis chicas y yo.