jueves, 14 de junio de 2007

Junio 14 16:17

Hoy he estado pensando en dos cosas muy contradictorias pero que hace parte absoluta de la vida. Pensaba en los rituales de la muerte y en las relaciones de pareja.
Los rituales de la muerte son bien extraños... Vestidos de negro, del mismo color que vestidos para una fiesta elegante, pero nadie está feliz, nadie sonrie y parece que la regla número uno es sentirse triste y llorar, llorar mucho, así el muerto nos haya caído mal, porque claro, quedan los demás, los que van a opinar y a decir que el que no llora es porque no lo quería...
Y están las visitas, que dejan a todo el mundo mas cansado que feliz.
Yo me pregunto si las emociones no deberían ser un asunto más personal, más íntimo que ese desfile de "dolor y llanto" al que se juega (y pongo mis comillas porque muchas veces son dolores y llantos por quedar bien).
La muerte es un estado liberador para quien muere, creo que el que es llamado al examen es quien queda, llamado a mirar su vida, sus afectos, sus acciones frente al mundo, evaluar sus remordimientos y sus culpas.
Ahora pensando en los asuntos afectivos, las relaciones de pareja, me parece que es muy complejo, por encima de las complejidades cotidianas que tiene la vida. El que tenga relación estable y feliz, que me tire la primera piedra, pero que sea piedra corazón eso sí.
Yo no entiendo por qué gente inteligente, dulce, hermosa (fuera de la aburrida belleza convencional de delgadeces y adbómenes perfectos, gracias), no encuentra pareja.
Qué pasa con los demás? o será acaso que la culpa la tienen aquellos que se saben un poco diferentes y no encajan tan bien en el molde inventado para todos?
Este tema es tan complicado para mí y tan difícil entender, que no voy a ahondar mucho en él para no decir una taradez, pero espero que si alguien entiende, me explique
Un abrazo desde debajo de la piedra corazón

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