miércoles, 30 de septiembre de 2009

Septiembre 30 de 2009, 0823

Mis grandes amores siempre llegan por sorpresa, cuando menos lo espero, cuando no espero nada.
Despacito, como le propuso el zorro al principito, se sentaron de lejitos para habituarse el uno al otro.
Mucha carita melosa, cercanía despacio, con prudencia.
Tal vez un abrazo derretidor.
Mas tarde un par de besos.
Después la decisión de compartir la vida por el resto de la vida.
Yo me acuerdo que el amor existe cuando veo los ojos de mi perro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó el final. Clave lo que dices acerca de no esperar nada. Las altas expectativas son una buena antesala a la desiilusión.
Saludos.

Julibelula dijo...

Juguito, mil gracias por tu comentario. Y sí, dejarse sorprender es muy agradable, sobretodo cuando hemos interiorizado que las espectativas no son más que neblina, que tarde ot temprano se van

Campanula dijo...

jajajaja, juli me hiciste reir, hoy q no es un muy buen dia, sin embargo el amor de tu perro o de otro cualquiera siempre llega cuando no se espera.
un abrazo, algun dia nos vamos a tener q tomar un martini para vos y un tequila para mi
jajaja

Anónimo dijo...

jajjaa , total la frase final !!!
un besazo guapa , y gracias por tu visita !!!

Julibelula dijo...

Clau, siquiera te reíste!!! El días más malo es menos malo con una sonrisita de por medio.
ME suena muecho la idea del martini y el tequila. YO voy a estar el sábado en Dalí, por si vas a estar en mde.
Laura, mil gracias por pasarte por acá y más aún por hacerte seguidora. Seguí peleando con el viejo cara de pergamino (no he dejado de reirme con esa frase!!!)
Bienvenida a la piedra corazón!!!