La lluvia furiosa golpeó mi techo... Poseedora de un látigo infinito, envidiable, anoche recordó su poder. Un poder que no ha dejado de manifestarse con derrumbes, inundaciones y mil desastres mas.
Anoche, una plabra, pequeñita, pero poderosa, borró el sonido de la lluvia furiosa y la convirtió, tal vez, en un cántico, más aún en una oración de agradecimiento, de alegría y felicidad infinita...
Hoy no hay sol, o por lo menos no se le ve mucho por acá, y hace frío, pero mi corazón tiene una pequeña lucecita brillante y cálida.
Si la gente supiera cuánto se le puede regalar a los demás con una palabra amable, cuánta felicidad se puede brindar con una palabra dulce...
2 comentarios:
July me encantó. Qué buen inicio, excelente reflexión, UN abrazo!!!!
así comenzó uno de mis cuentos
¨Dicen que no hace mucho tiempo, en un lugar muy cercano lleno de príncipes, princesas y dragones; existieron un príncipe y una princesa que diferían del resto por su color. él era Naranja a diferencia de sus colegas tan comúnmente de color azul y ella era rosa a diferencia de sus compañeras tan comúnmente faltas de color.¨
pero aun no le encuentro el, había una vez, ni el vivieron felices para siempre.
un abrazo
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